"Comprensión de la vida y aceptación de la muerte” de Omar Linares

El filósofo asesor Omar Linares ha escrito una interesantísima reflexión sobre la posibilidad de superar el dolor de la pérdida de un ser querido. Cuando esto nos sucede, pensamos que es un proceso largo y diferente en cada momento de la vida. Nos enfrentamos a ello con mucha precaución, porque, en el fondo, ¿quién está preparado para aceptar la muerte?

Su lectura me ha resultado pacificadora.  Se lo recomiendo también a las personas que no estén especialmente interesadas en filosofía, ya que la gestión estoica del duelo está pensada para los momentos de máxima vulnerabilidad del ser humano. La explicación del recorrido de las distintas fases por parte de los diferentes filósofos estoicos de todas las épocas me ha procurado una visión existencial y aplicada a mi dolor en concreto. Omar Linares nos acerca con habilidad a las Consolaciones de Seneca, las Meditaciones de Marco Aurelio y de los diferentes autores que, fascinados por el potencial sanador del estoicismo, como el mismo Nietzsche, el filósofo helenista P. Hadot o M. Foucault, están unidos por el interés de la filosofía aplicada a la vida, aplicada a comprender preguntas existenciales que todos nos hacemos, cuando la muerte se acerca a nuestra vida cotidiana.

Una de las ideas que más serenidad me han procurado es la siguiente: “constatar que el duelo es unidireccional: lloramos por quién ya no sufre” (Polibio 5,3). Ningún ser querido querría vernos sufrir por su partida. Para aquellos que consideran que sí podría quererlo, Séneca advierte que, de ser así, supondría una muestra de su falta de bondad.

Indagar hasta llegar al objeto del dolor es el proceso de acompañamiento que los filósofos asesores hacemos con nuestros consultantes. Una indagación que nos ayuda a aceptar y a prepararnos para la propia muerte. Lejos de las bienintencionadas formulas para “superar el duelo”, en el articulo, se nos conduce con lucidez a plantearnos lo que depende de nosotros: llevar una vida de cuidado de uno, responsable del bienestar incluso en las circunstancias del duelo.

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